eyeliner

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solamente una mirada es suficiente para hablar

jueves, 6 de diciembre de 2012

Gracias.

Miraba las gotas de agua caer, una a una, todas a la vez, sobre la ventana. La suave manta roja cubría su cuerpo, cálido, como el humo que se evaporaba desde su taza de café, con leche, sin azúcar. El ordenador a su derecha, con un par de conversaciones a medias y una canción sonando de fondo, Vetusta Morla, Copenhage.
Mira las fotos sobre la mesilla, las fotos de la pared, las fotos en la cartera... sonríe. Realmente sabe quién se merece un hueco en esa habitación. Rememora todos los momentos vividos con esas personas, y todos los que le queda por vivir. Toma un sorbo de café.
"Las cosas han cambiado" piensa "pero esta vez para bien".
Mira de reojo las galletas con trocitos de chocolate que hay sobre la mesa. Coge una. No puede resistirlo.
Se agacha hacia el ordenador y escribe un par de tonterías. Luego va a la carpeta de "Imágenes" y se pone a ver algunas fotos. Se detiene en una.
Es una foto de la playa. De hace cuatro, o cinco años. Sale con unos amigos en una fiesta en un barco. No es la típica foto en la que todos salen sonriendo y mirando a la cámara. Están felices, y se les nota. No son sus mejores caras, pero no podían dejar de reír y de gritar, de disfrutar, de quererse unos a otros. Las caras han cambiado, pero esa gente sigue igual. Riendo, y queriéndose a su lado.
Vuelve a morder la galleta.
Otra foto. Y otra, y otra más.
Foto de dos años atrás. Ella, en un bar de un pueblecito en la montaña, sentada en una mesa. A su alrededor, cinco personas. Seis en total. Están agarrando una cerveza. Brindando. ¿Por qué? Ya no lo recordaba.
Sorbo de café.
Solía gustarle esa foto. Encantarle. Pero ahora ya no tenía sentido. Las cosas habían cambiado. La gente había cambiado. Y en su momento, ella pensó que jamás encontraría a personas que llenaran esos huecos de esas tardes.
Vuelve a mirar a la ventana.
Estaba equivocada.
"No dejar de buscar, no dejar de sonreír, y no dejar de vivir". Eso era lo que había aprendido en este tiempo, en poco tiempo, pero el suficiente como para saber que lo mejor de la vida no está aún por llegar, sino que nunca deja de estar presente en cada uno de nuestros días.
Ha descubierto un mundo. Se ha descubierto a ella. Y lo único que le sale es sonréir y callar. Porque no existen palabras suficientes para que ella exprese lo feliz que es ahora. Así que resopla, termina de un bocado la galleta y se toma de un trago el café, se pone la chaqueta y justo suena el timbre.... Allá vamos otra vez.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Tres mujeres

Todos los hombres necesitan, al menos, tres mujeres en su vida: una madre que le cuide, una amiga que le escuche, y una novia que le quiera.

martes, 23 de octubre de 2012

Cierra los ojos. Aprieta fuerte.

Son curiosos los rincones y las formas en las que una llega a encontrarse a sí misma. Jamás pensé que podría enamorarme de un cielo nublado, ni que lo gris podía ser poesía. Nada vi de atractivo en las ciudades levantadas de la nada, con su original encanto derrumbado. Ignoraba por completo lo maravilloso que supone reconstruirse y descubrir en ti misma, partes que ni siquiera podías concebir que existieran.

Equivocarse una y otra vez. Enamorarse una y otra vez. Inspirar. Notar el aire frío descendiendo por tu garganta. Expirar. Sentirte libre. Cerrar los ojos y volar.
Experiencia. Se supone que es lo que ganamos según pasan los días y los años. Pero yo no quiero ganar experiencia. Quiero ganar en vida. En risas, en llantos y en recuerdos. En fotos manchadas y arrugadas, y en billetes amarillos rotos por alguien sin consideración, que luego convertirán el destrozo en una anécdota. Los olores de la gente. Sus gestos. Sus manías y sus rarezas. Su inconfundible y adorable encanto personal. Las ganas que tengo de quererles y que me quieran. Las pocas que tengo de que se vayan. Las pesadillas y miedos que acechan mi corazón sólo con pensar en volver y dejar esto atrás para siempre. Porque no se repetirá nunca jamás. Nunca jamás. Que palabras tan horribles. Pero no es momento de tristezas, sino de gritos de alegría. Felicidad que te llena el alma e impide que tu boca deje de sonreír. Esa presión en el pecho que te dice que cierres los ojos y disfrutes...que te dejes llevar.

Porque esto es lo mejor de tu vida, cariño. Esto, es algo nuevo y maravilloso. Y lo mejor... es que sólo es el principio.

miércoles, 25 de julio de 2012

Hurts.

¿Qué pasa cuando, encuentras todo lo que buscabas, todo lo que siempre habías soñado, todo lo que podía hacerte la persona más feliz del mundo pero, de repente, sin motivo alguno, sin ninguna explicación, resulta que no lo quieres?
¿Cómo consigues deshacerte de todo aquello que sabes que es lo mejor que vas a conseguir nunca?
¿Qué pasa cuando por fin encuentras a tu príncipe azul, pero prefieres a la rana?

[...]

Nos pasamos la vida buscando la historia de amor perfecta. El amor sin límites. La felicidad máxima que hace que se congele cada músculo de tu cuerpo y todos los pelos de tu cuerpo se pongan de punta al escuchar las palabras "te quiero" de su boca.
Llorar de felicidad cada mañana porque te despiertas a su lado.
Mirarle en silencio porque sabes que no puede ser más perfecto.
Y luego...mirarte en el espejo y odiarte. Porque te das cuenta de que eso no es lo que quieres.

Desprenderte de todo lo que siempre quisiste, pero que, por lo visto, no deseas.
Decirle adiós a la mejor vida que nadie jamás te va a poder ofrecer.
No poder controlar tu cuerpo, ni tus sentimientos, para poder quererle con cada célula de tu ser.
Gritar al mundo que es injusto, y recibir a cambio un atronador silencio.


Ojala alguien me hubiera advertido que la vida era así de puta.
Quizás hubiera preferido no salir nunca de mi cascarón.

miércoles, 11 de julio de 2012

1991.

Me dejé llevar por la fugacidad del momento sin pensar en las consecuencias.
Nos perdimos poco a poco, y apenas habíamos empezado cuando todo desapareció.
Fue culpa mía, lo sé. Me dejé llevar por el encanto de Londres y de su inimitable lluvia. Y ahora aquí estoy, sentada en mi enorme sofá con una copa de vino en la mano y cientos de preguntas en la otra.
Mirar cómo sonríes resulta de poca ayuda, así que recurro a los consejos más ineficaces que siempre encuentro en él para dejarme llevar y convencerme a mí misma de que es una tontería.
Son cosas que no entiendes ni entenderás. O puede que sí, pero tomas mejores decisiones que yo, y optas por disimular.
'Jamás me olvides' es lo único que pienso, porque aunque sepa que no, y lo crea con firmeza, es lo único a lo que puedo sujetarme, y es lo único a lo siempre me atendré.
Despiértame ya de este sueño, Leonardo, necesito volver * años atrás.

lunes, 18 de junio de 2012

Dead in life.

Correr, latir, sentir, reír, llorar, mirar, saltar, tocar, pellizcar, volver a reír y volver a llorar.
Y de repente... nada.
Murió. La persona con la que yo solía compartir todo eso, murió.
¿Qué me queda ahora? Restos. Fotografías. Miradas perdidas que no son nada. Que ni siquiera sé qué significan. Vacías. Sin dueño. Impersonales. O con un dueño distinto.
Jamás creí en la doble personalidad. Hasta ahora. Hasta hoy.
Las máscaras a ti no te hacen falta.
Cambiaste más rápido que la luna, pero con menos belleza y elegancia.
Rastrero. Farsante. Repulsivo.
Dicen que los vampiros no ven nada cuando se ven al espejo. Supongo que tú eres todo lo contrario, que ves a tantas personas que ya no sabes quién eres. Ni quién quieres ser.
En el fondo me hace gracia. Jamás podrás conocerte a ti mismo. Cambias, como cambiaba Julia Roberts en 'Novia a la fuga' según la pareja de turno.
Morirás. Moriste. Ya no estás.

martes, 12 de junio de 2012

Gafas amarillas.

Miles las preguntas se me vienen a la cabeza y pocas las incógnitas que me quedan por descubrir...
Lo cierto es que yo lo sé y tú lo sabes, y que cada vez te esfuerzas menos en ocultarlo y sin embargo...ahí está ella. Interpuesta, mal puesta, llámala como quieras, pero ahí está... y te empeñas en no hacerla daño sin importarte siquiera hacérmelo a mí.
Tú verás. Yo siempre lo tuve claro. Ya lo dijo Vetusta: ser valiente no es sólo cuestión de suerte.
Pero te quedas ahí, mirándome desde el lado opuesto del lugar y bailando conmigo en la distancia sólo para recordarme lo mucho que me quieres y lo mucho que te quiero.
Pero sabes que hace tiempo que dejó de ser bastante para pasar a insuficiente.
No me quieres, sino ya hubieras tomado cartas en el asunto. Y si juras que sí, ven aquí y hazme tuya. Porque llevo demasiado tiempo esperando. Y ya no lo digo. Ni a ti ni a nadie. Ni siquiera me lo susurro a mí de vez en cuando. ¿Para qué? Si de falsas ilusiones no se vive. Y tú llevas demasiado tiempo alimentando una.
Se acabó. C'est fini.
Tu última oportunidad. Tu última noche.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Losing you. Loser me.

Ya se me han olvidado nuestras conversaciones, y las bromas que nos hacíamos el uno al otro. Sólo sé que aunque pasábamos las 24 horas del día juntos, nunca había momentos incómodos o de tensión entre nosotros. Día tras días iba ganándote. Y día tras días íbas ganándome. Ya no sé qué fue antes, si el huevo o la gallina, pero la verdad es que me da igual. Porque allí estábamos los dos, riénndonos cual idiotas y compartiendo nuestras cosas sin censuras, porque no éramos quién para juzgarnos.
Lo echo de menos. Sé que ahora mismo los dos hemos ganado muchas cosas, pero siento que he perdido algo mucho más grande al alejarme de ti. Y sé que tú también lo notas, pero no lo demuestras. No lo mencionas. Tienes miedo a decirlo en alto porque puede hacerse realidad. Supongo que es mejor así. No somos lo suficientemente fuertes, ninguno de los dos, como para poder afrontar la situación.
Y ahora tú te vas con ella y me dejas a mi con la palabra en la boca sin ni siquiera lamentarlo. El arte de la hipnosis es su arma. Maldita idiota. Y yo aquí de pies, observando cómo te alejas sin poder mover un músculo. Sin poder gritarte que vuelvas. Sin poder hacer nada ya.
"Demasiado tarde", susurro.
"Demasiado tarde", susurras

viernes, 18 de mayo de 2012

Melancholia.

¿Cambio sinónimo a mejoría?
No lo creo.
O al menos no es eso lo que narran mis sueños.
Supongo que todo ocurre por algo, por algún tipo de motivo. O no. No sé. La verdad es que a estas alturas creo que me da igual. Sólo quiero que vuelvas y me abraces y me digas que todo va a salir bien, que lo que ha sucedido no ha sido más que una tontería y que ahora ya está todo arreglado.
Pienso en cada uno de los minutos y en cada una de las noches que compartimos juntos, y una sensación me invade el pecho. No es un buena, ni alegre, ni me llena de felicidad. Más bien es fría. Agria. Como si de repente no estuviera agusto conmigo misma. Y quiero gritar y correr hasta llegar a tu casa. Pero no puedo. Creo que hasta olvidé tu dirección. No importa, tampoco me hubieras abierto la puerta.
Escribir y hablar de mis sueños tampoco ayuda. Eso es algo que solía hacer contigo. Contártelo a ti. Ya ves, me dejé llevar. Falsas confianzas es lo que vendes. O eso es lo que quiero creer ahora, porque en ese momento no lo parecía.
Estoy volviendo otra vez a echarte de menos cada día y cada noche sin que tú lo notes. Sin que tú lo sepas. A veces creo que te echo de menos por los dos. Por el que eras antes. Por lo que no eres ahora. O al menos no conmigo.
Al menos, desde este lado de la ventana, pareces feliz. Eso me alegra. Aunque también me deprime. Porque yo no formo parte de esa felicidad. Ni siquiera un poquito.
Me pregunto si yo abré dejado huella en ti. Si alguna vez, cuando el reloj marca las 3:00am, te acuerdas de mi y piensas "es la hora". Aunque imagino que no.
Es curiosa la melancolía. En vez de alegrarnos por un periodo de nuestra vida en el que fuimos felices, nos hace infelices al recordarla. Y cuando intentamos pensar en las cosas buenas que tenemos ahora, podemos y lo hacemos...pero sentimos que nos falta algo. Ley de vida supongo. Ley de un asco de vida.

miércoles, 18 de abril de 2012

Want to find you there.

Una lista de sonrisas la pizarra imantada sobre la superficie del frigorífico de la cocina.
El olor a magdalenas recién hechas se percibe ya desde el rellano.
El sonido de la lluvia golpeando irregularmente en los cristales la trasporta a un mundo sin preocupaciones.
Sobre la chimenea del salón, un millón de fotografías y recuerdos.
Las paredes, de un moka suave, convierten la estancia en un lugar acogedor y cálido.
Su gato pasea, silencioso, entre sus pies, acariciándola elegantemente mientras maúlla muy bajito.
El café comienza a hervir, desprendiendo un aroma suave y delicioso.
Se tumba sobre el sofá, mirando el reloj de la pared deseando que los segundos se detengan para siempre.
Su libro, a media lectura, la espera junto a su música en un rincón de la sala.
Cierra los ojos y respira profundamente.
Su vida, por fin, al fin, con él.

domingo, 8 de abril de 2012

Paréntesis sin fin.

Llega un momento en la vida de toda persona en la que se vuelve gilipollas y ya no hay vuelta atrás.
Entonces, te das cuenta de que todo lo que has conocido, no es como lo conocías. Y que todo lo que te faltaba por conocer, es mucho mejor de lo que imaginabas.
Gracias. Supongo. Por hacer que las cosas giren en una dirección, no en la esperada, lo reconozco, pero estoy segura de que sí en la correcta.

viernes, 9 de marzo de 2012

Just try.

Mira el reloj repetidas veces pero la aguja del manillar no avanza. O al menos eso le parece a él.
El sol está más arriba que nunca. Las señoras cotillean en los bancos y los niños juegan con sus balones. Aún hace un poco de frío, pero los capullos de las flores dejan ver lo cerca que está la primavera. La gente paseaba, ajeno a él, sin percatarse a penas de su existencia, y los que lo hacían probablemente se cuestionarían qué hacía allí tan solo.

"Cinco minutos más. Cinco minutos más y me iré."

Habían pasado años o siglos, ya no lo recordaba, desde que se había convencido a sí mismo de que ella no era para él. De que eran muy distintos. De que sus nombres sonaban ridículos juntos. Tantos años de retención y represión a la mierda. Tantas críticas y malas miradas a la basura. Cantidades infinitas de odio se desvanecían ahora como polvo tras un incendio. ¡Y qué incendio!

La manecilla del reloj seguía sin avanzar. Sus ganas de quedarse y de descubrir lo que le esperaba a su lado la hacían retenerse y alargar esos cinco minutos durante mucho más tiempo. Y sólo esperaba. Y esperaba...

"Qué imbécil. ¡Cómo te has lucido chaval!"

Se levantó. Ignoró la pelota que se deslizaba ante sus pies, propiedad de un niño a la que se le había escapado y comenzó a desandar el camino que había recorrido para llegar hasta allí. Ya casi había llegado a la salida del parque cuando oyó a alguien gritar su nombre a su espalda.
Se giró. Allí estaba ella. Fatigada y algo sudorosa, era obvio que había estado corriendo. Se disculpó por su tardanza y le dio un beso, al que siguió un abrazo, fuerte y sentido.
Y la manecilla de su reloj, volvió a funcionar de nuevo.

lunes, 13 de febrero de 2012

Waldorf's soul.

Debilidades tenemos todos. Hasta que un día nos plantamos delante del espejo, le echamos un par de huevos y decimos: lo voy a hacer. Pero también tenemos complicaciones. Normalmente son externas, porque ya hay que ser idiota y orgulloso para ponérselas a uno mismo, así que por lo general ya se encargan los demás de ofrecerlas.

Supongo que es por culpa del frío siberiano que nos rodea y te deja durante unos segundos sin respiración cuando sales a la calle. Ni siquiera la bufanda tejida con el más intenso cariño puede detenerlo.
También está el hecho de que apenas tenga voz para gritar ni neuronas para pensar. Aunque eso lleva así mucho tiempo, debería estar acostumbrada.

El panorama íntimo se torna más bien insólito y sorprendente. Tanto que ni yo misma soy capaz de entender(me). Aunque para otros no es ninguna novedad, "se veía venir", dicen. Ya podrían habérmelo advertido.

Con los tiempos que corren y ya ni siquiera me salen bien las venganzas. Vuelve Blair, te necesito.

sábado, 4 de febrero de 2012

just that.

Y quiero odiarte cuando te comas el último bombón de la caja sin avisar, para poder hacerme la enfadada durante un rato y que tú vengas a empaparme a besos para que sonría.

jueves, 2 de febrero de 2012

¡Y todo por tu culpa!

Con los tiempos que corren y ya no me salen bien ni las venganzas.
Fuera inhibiciones y arriba las palabras hirientes. Descarada es poco para todo lo que estoy haciendo. La responsabilidad y el orgullo los dejé guardados en un cajón cuya llave perdí en una noche de fiesta de enero.
Ojala no sea nada más que un entretenimiento pasajero, porque sino tendremos muchos problemas. Pero total, ¿qué más da? Si ya nada tiene sentido. Las frases están desencajadas y las comas mal puestas, pero eso da igual porque los dos sabemos que lo que importa no es el mensaje, sino las palabras que no están escritas. El "jaja" no es más que una formalidad al lado de una grito de desesperación que dice que vengas ya, hostias, o al final tendré que aprender a hablar catalán para que me entiendas.
Soy la loca, la ciega y la sordomuda. Ahora entiendo a Shakira. Sobre todo en lo de torpe. Bueno y en lo de plasta. Porque testaruda no.
Cállate ya. ¿No ves que no tiene sentido?
Bueno, tomate un café y vete. Pero sin azúcar. No vaya a ser que nos intoxiquemos con tanta ñoñería. ¡Será posible!

lunes, 30 de enero de 2012

M.

Sé que no es lo común, pero no me da la gana que seas tú la única que pida deseos en tu cumpleaños... Así que yo también voy a pedir uno.
Deseo estar contigo para siempre. Porque puede que aún no sepa mucho sobre mi futuro ni lo que habrá en él... Pero lo que sí tengo claro es que no puedo imaginármelo sin ti. Sin esa rubia tonta que me acompaña a todas partes y comparte conmigo cada momento... y deja que yo comparta los suyos.
Porque quiero que dentro de unos años, cuando tengas un mal día y no quieras moverte de la cama, llegue yo a tumbarme ahí conmigo y a pasar las horas hasta que te cambie el humor... Y también quiero que cuando recibas la mejor noticia de tu vida, esa que te hará llorar de felicidad cuando la oigas, sea yo la primera persona que tengas ahí al lado para abrazar y chillar de alegría.
No sé si eres consciente de lo feliz que soy cuando estoy a tu lado. Y que cada momento que pasamos juntas, por muy tonto que sea (como cuando vamos en el coche cantando las dos una canción, o vemos los partidos y nos abrazamos cuando marcan gol, o como cuando tú me despeinas y nos pegamos en la frente, o como cuando yo me río por cualquier tontería y tú te ríes porque te hace gracia todo lo que yo me río) se convierte sencillamente en especial. 
Porque sabes que no te miento cuando te digo que te necesito. Y que no soy absolutamente nada sin ti.
Así que nada, ya puedes seguir cumpliendo todos los años que quieras y seguir haciéndote vieja... Que no vas a conseguir librarte de mi ni un segundo. Y seguiré yendo a cantarte el cumpleaños feliz allá donde estés cada 30 de enero para siempre. Así que vete concienciándote de ello.
Te quiero mucho mi vida. Mucho más que a nadie en este mundo.
Feliz veinte cumpleaños cielo. Y que cumplas muchos más :)

jueves, 26 de enero de 2012

me, myself and I

Ponte un vestido, suéltate el pelo, coge algo con forma (o no) de micrófono, pon a sonar
"Snow (hey oh)" de los Red Hot en tus cascos y déjate llevar.

sábado, 21 de enero de 2012

I'm the one that love you lately.

Hola.
Venía a contarte cada uno de los pétalos que despedacé de cada una de las margaritas del prado que está al lado de la cuadra de los caballos.
Venía a cantarte cada una de las notas de cada una de las canciones que me hacen llorar por ti, reír por ti, y pensar en ti.
Venía a dibujarte cada una de las puestas de sol que te has perdido, vistas desde lo alto del edificio que está junto a la biblioteca, ese que tú  me descubriste.
Venía a tocarte en cada uno de los puntos de tu cuerpo en los que sé que tienes cosquillas, para que me devuelvas cada una de las sonrisas que me debes por cada chiste mío que no has oído.
Venía a describirte el sabor de cada una de las gominolas que me comí sentada en el columpio del lado derecho del parque infantil que está al oeste de la ciudad, ese en donde hay un tobogán tan retorcido que parece un remolino.
Y venía a gritarte que te quiero, y que no puedo seguir viviendo sin ti.

Pero creo que estás ocupado así que...mejor vengo otro rato.

lunes, 9 de enero de 2012

whisky

El escalofrío empieza en la punta de mis dedos de los pies, sube por cada una de mis vértebras y acaba en la nuca, provocándome una pequeña sacudida en todo mi cuerpo.
A veces no llega tan arriba, y se queda, tímido, en los pies; provocando esa sensación de insensibilidad y de hormigas con dientes afilados recorriendo toda la planta.
Otras veces empieza al revés, desde mi cuello, hasta los laterales de mi espalda, haciendo de la sacudida un movimiento más fuerte.

Pues bien, en este caso, en tu caso, hay un cuarto tipo de escalofrío. Comienza en las manos, sube por los brazos, atraviesa mi cuello y estremece algo que está justo detrás de mis ojos. No sé por qué, pero a veces creo que baja hasta al pecho.
Ya van ¿cuántos? ¿tres años? En los que apenas cruzamos palabra... ¿apenas? Vale, ni siquiera cruzamos palabra. Pero te echo de menos, y sé que tú también. Me lo cuenta el número de visitas de mi cuenta en tuenti y las veces que sé que aparezco entre tus novedades y entras a echar un vistazo, a ver qué tal estoy, a ver cómo me va sin ti.

Te has vuelto un experto en la materia musical. Rock, más concretamente. Llevas el tipo de vida bohemia y rockera que buscabas, aunque no sea plena, pero lo has conseguido. El pelo lo llevas igual. Creo que es lo único que no ha cambiado... El pelo y tus ojos. Azules. Profundos. Preciosos.
La voz no sé, supongo que en algo habrá variado... la verdad es que ya van 347 veces en las que me he preguntado si seguirás usando las mismas expresiones o pensando lo mismo sobre las mismas cosas... Quizás hayas cambiado tanto que ya no te conozca nada. Ni siquiera una pizquita
Creo que aquella vez encontraste algo que te hizo tan fuerte que hizo que cambiaras tu perspectiva de la vida. O al menos eso es lo que demuestras hacer.
Echo de menos que me hables de tu hermana. Y de tu prima. Pero sobre todo echo de menos que me hables de ti.
Quizás no ahora, ni luego, ni dentro de unos años... pero sí que espero que nos volvamos a cruzar, y a recuperar esas noches hasta las tres y media de la mañana en las que hablábamos de nada y de todo, y de cosas con las que nunca jamás he hablado con nadie que no seas tú.
Por eso, por todo esto, no puedo por menos que decirte que te quiero a pesar de todo, y que te echo de menos. Mucho. Al menos mucho más de lo que debería y tendría que echarte.

sábado, 7 de enero de 2012

Lección 1.

Te veo perdido, chico. Pero no te preocupes, que aquí estoy yo para aclararte las cosas, para enseñarte cómo funciona el mundo y para descubrirte que el Sol no gira alrededor de la Tierra, sino que la Tierra gira alrededor del Sol, que no es más que una minúscula estrella de una inmensa galaxia en este, nuestro infinito (o eso dicen) universo.
Así que toma nota y a punta, que bien falta te hace:

LECCIÓN 1.
Si tú no te preocupas por los demás, ellos dejarán de preocuparse por ti. NO eres imprescindible. Y desde luego, no eres irreemplazable.

jueves, 5 de enero de 2012

El pasado siempre vuelve.

Cientos de laberitos y un par de montañas después, ahí estabas tú. De repente. Sin avisar. De pie y sonriendo como si nada hubiera pasado.
Y era como volver a empezar...

En realidad nadie me prometió que no volvería a verte, pero yo confiaba en ello.
Nadie dijo que habías desaparecido o que te habías mudado a un remoto lugar más allá de los Balcanes o e incluso más allá del sol... pero yo esperaba que así fuera.
Y desde luego, nadie escribió un final en nuestra historia, porque ya me había encargado yo de escribirlo...o eso creía.

Y ahora me despierto aquí, en esta habitación rosa desde hace ya 13 años y me pregunto qué fue exactamente lo que pasó. Por qué mi memoria me falla y no me deja recordar. Por qué todo está patas arriba desde aquel momento, y, sobre todo, me pregunto cuándo va a volver todo a funcionar.

Solo te pido una cosa. Que ya que has vuelto me lo digas. Que me desveles qué fue de ti... pero sobre todo, que me digas qué fue de mi.