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solamente una mirada es suficiente para hablar

miércoles, 23 de mayo de 2012

Losing you. Loser me.

Ya se me han olvidado nuestras conversaciones, y las bromas que nos hacíamos el uno al otro. Sólo sé que aunque pasábamos las 24 horas del día juntos, nunca había momentos incómodos o de tensión entre nosotros. Día tras días iba ganándote. Y día tras días íbas ganándome. Ya no sé qué fue antes, si el huevo o la gallina, pero la verdad es que me da igual. Porque allí estábamos los dos, riénndonos cual idiotas y compartiendo nuestras cosas sin censuras, porque no éramos quién para juzgarnos.
Lo echo de menos. Sé que ahora mismo los dos hemos ganado muchas cosas, pero siento que he perdido algo mucho más grande al alejarme de ti. Y sé que tú también lo notas, pero no lo demuestras. No lo mencionas. Tienes miedo a decirlo en alto porque puede hacerse realidad. Supongo que es mejor así. No somos lo suficientemente fuertes, ninguno de los dos, como para poder afrontar la situación.
Y ahora tú te vas con ella y me dejas a mi con la palabra en la boca sin ni siquiera lamentarlo. El arte de la hipnosis es su arma. Maldita idiota. Y yo aquí de pies, observando cómo te alejas sin poder mover un músculo. Sin poder gritarte que vuelvas. Sin poder hacer nada ya.
"Demasiado tarde", susurro.
"Demasiado tarde", susurras

viernes, 18 de mayo de 2012

Melancholia.

¿Cambio sinónimo a mejoría?
No lo creo.
O al menos no es eso lo que narran mis sueños.
Supongo que todo ocurre por algo, por algún tipo de motivo. O no. No sé. La verdad es que a estas alturas creo que me da igual. Sólo quiero que vuelvas y me abraces y me digas que todo va a salir bien, que lo que ha sucedido no ha sido más que una tontería y que ahora ya está todo arreglado.
Pienso en cada uno de los minutos y en cada una de las noches que compartimos juntos, y una sensación me invade el pecho. No es un buena, ni alegre, ni me llena de felicidad. Más bien es fría. Agria. Como si de repente no estuviera agusto conmigo misma. Y quiero gritar y correr hasta llegar a tu casa. Pero no puedo. Creo que hasta olvidé tu dirección. No importa, tampoco me hubieras abierto la puerta.
Escribir y hablar de mis sueños tampoco ayuda. Eso es algo que solía hacer contigo. Contártelo a ti. Ya ves, me dejé llevar. Falsas confianzas es lo que vendes. O eso es lo que quiero creer ahora, porque en ese momento no lo parecía.
Estoy volviendo otra vez a echarte de menos cada día y cada noche sin que tú lo notes. Sin que tú lo sepas. A veces creo que te echo de menos por los dos. Por el que eras antes. Por lo que no eres ahora. O al menos no conmigo.
Al menos, desde este lado de la ventana, pareces feliz. Eso me alegra. Aunque también me deprime. Porque yo no formo parte de esa felicidad. Ni siquiera un poquito.
Me pregunto si yo abré dejado huella en ti. Si alguna vez, cuando el reloj marca las 3:00am, te acuerdas de mi y piensas "es la hora". Aunque imagino que no.
Es curiosa la melancolía. En vez de alegrarnos por un periodo de nuestra vida en el que fuimos felices, nos hace infelices al recordarla. Y cuando intentamos pensar en las cosas buenas que tenemos ahora, podemos y lo hacemos...pero sentimos que nos falta algo. Ley de vida supongo. Ley de un asco de vida.