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solamente una mirada es suficiente para hablar

domingo, 24 de febrero de 2013

Tú.

Cuando leo un 'tú', ya no eres tú, es él.
Y él, es ahora ese 'tú', que me hace estremecer cuando pronuncio su nombre.
Y él, ahora es 'ese aquel', que jamás tendrá un lugar en mi vida, y sonrío y doy gracias por ello, porque ahora veo lo equivocada que estaba.

Gracias a ti, ahora hay luz.
Gracias a ti, se acabó el sufrir... ¿o no?

Nothing at all.

Cuando una relación (y perdón por establecer ese término) se acaba, no te engañes cariño... es mejor no volver a saber nada.
El saber una cosa, el más mínimo detalle, puede dolerte hasta joder. Joder con otros y por despecho. Y joder la vida propia y de los demás.
No seas cabezota. No puede ser. Se acabó. No hay nada.
Nada que no pueda pactarse como "sexo casual", claro está. Y todo lo que conlleve algo más serio o cariñoso, será empleado en tu contra.
Así que sí, tienes todo el derecho (y el deber) a guardar silencio. Y a hacer que la otra persona también.

Desearías tener un espejo mágico como el de la Bestia, para mirar por él todo lo que ocurre y no tener que preguntarselo o averiguarlo... pero créeme, es mejor así.
Sigue con tu vida. Él seguirá con la suya.
Y no importa cuantas veces le des vueltas o pienses en él. Él no lo hará ni la mitad de las veces que tú. Este es tu partido, tu competición. Y ni siquiera tienes rival porque estás jugando sola.
Sola.
Tal y como estás ahora.