eyeliner

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solamente una mirada es suficiente para hablar

sábado, 15 de junio de 2013

Amarga introducción al caos.

Es agridulce, como cuando pides un tequila. No sabe bien, pero te lo bebes igualmente. Y hay algo en ello que hasta te gusta, te satisface.
Esto es igual, excepto por la satisfacción.

No cabe duda... tengo que dejarte ir. Tampoco tengo otra opción, tú ya has comprado los billetes y casi ni me nombraste el destino. Casi mejor así. Prefiero no saberlo.

Vuelas. Vuelo. Pero esta vez en distintas corrientes de aire, a distintos lugares, con distinta polaridad. El frío me consume y me hiela hasta los huesos, por eso viajo al sol. Que me queme lenta y dolorosamente la piel, que luego ya habrá tiempo de lamentaciones.
Ahora lo que quiero solo viene en pastillas azules con sabor amargo. Amargo como tú, cada vez que pronuncias su nombre.

El shock duró días, puede que aún lo tenga... pero ya dejé de mirar el reloj, así que poco importa.
Me marcho al país de las maravillas, y esta vez no no necesito conejo blanco que me guíe. Se acabó ser Alicia. Me voy al bando de la baraja.