eyeliner

eyeliner
solamente una mirada es suficiente para hablar

martes, 14 de mayo de 2013

Happiness[less]

Sonrisas cálidas y abrazos rotos. Una última mirada, y el tren echó a correr.
Las lágrimas frías se mezclaban con la lluvia en los cristales.
Ya nada importaba.
El corazón latía.
Feliz en la infelicidad. Que dura condena.
"Pero si algo ha de separarnos, qué mejor que el mar" siempre decía.
Las gaviotas reían desde el cielo. Pobres ignorantes, ellas no podían cruzar el mar.
Vuela, vuela. Ya te alcanzaré.
Besos en el aire, no mucho más sentidos que los besos en papel.
Tu foto en su cartera. Su foto en tu corazón.
Siguen girando las ruedas.
Pero ya nada importaba.
El corazón latía.
Y la sonrisa persistía.

Que le jodan al tiempo, a la distancia y al mar.
Tiene lo que siempre quiso.
Feliz en la infelicidad.

Te prefiero así.

Te prefiero borde y descarado, porque así tus caricias y tus sinceridades no se me clavan en el pecho partiéndome en dos.
Te prefiero ausente y arisco. Porque así olvido lo cómodo y divertido que es estar a tu lado.
Te prefiero cuando eres un hombre, un macho de esos que huelen mal. Porque así tu colonia no embriaga todo el ambiente, tanto que sube por las paredes y llega hasta mi espalda produciendo un escalofrío.
Te prefiero en invierno y alejado, porque así tu cuello mordisqueable no queda al descubierto de todas las miradas.
Te prefiero hablador y borracho, porque así se me olvidan las miradas silenciosas que compartimos, acompañadas de tu sonrisa ladeada que no consigues evitar. Ni yo, para qué nos vamos a engañar.
Te prefiero lejos. Muy lejos. Para que pueda echarte de menos sin que lo notes. Sin que lo sospeches. Sin que lo sientas.
Porque si lo sientes y lo siento entonces llega la inevitable pregunta... ¿y ahora qué hacemos? Cuando está claro que no podemos hacer nada más que callar, sonreír, ...y saludar.

martes, 7 de mayo de 2013

[des]entenderte

Cuatro años más tarde y aún sigo buscando una conexión lógica de los acontecimientos.
Tu comportamiento cambia con los minutos, y no digamos con los kilómetros.
Busco dentro de la caja rosa, pero no encuentro ningún tipo de instrucción. Ha decir verdad, ahora que lo pienso, no recuerdo haberlo visto nunca.
Habría que ver qué es lo que haces cuando sólo ellos te miran. O mejor dicho, cuando ni ellos te miran.

No intento entenderte. A estas alturas, creo que sé lo suficiente de ti como para saber que no puedo hacerlo. Empiezo a creer que nadie puede.
Pero eso es bueno sabes? Así mantienes la curiosidad de la gente. La atención de la gente. La atracción.
Y supongo que ese es el motivo por el cual todo esto sucede.
Supongo que es el motivo por el cual estoy aquí.
Sentada. Mirándote fijamente.
Sin que tú sepas que estoy ahí.

sábado, 4 de mayo de 2013

No es un consuelo.

"Paso un buen rato ahí sentada, mirando la pantalla del ordenador. Un rato largo y triste. Pero es lo mejor. Lo sé. He elegido la felicidad en lugar del sufrimiento. Lo tengo clarísimo. Estoy haciendo hueco para que mi futuro desconocido me llene la vida de las sorpresas que me depare. Todo esto lo sé. Pero aún así...
Estamos hablando de David. Y me he quedado sin él."

- Elizabeth Gilbert. "Come, Reza, Ama"

[des]equilibrio

Después de tan pocos años de experiencia, de innumerables noches sin dormir y de cinco años sin llorar.... llegué a la conclusión quizá equívoca, quizá no, de que no son sus actos los que duelen, sino los tuyos.
Eres tú quién construye y reconstruye la historia, paso a paso (gramo a gramo).  Y eres tú quién envía los aviones a reconstruir tus torres gemelas, porque al final no resultaron ser tan gemelas.
Porque el concepto de la media naranja, o del medio limón, ya se te ha quedado anticuado. Y ya te conformas con encontrar una gota de zumo, o una pequeña gota de azúcar que endulce tu sabor.
Porque lo más duro no es acordarte de él, ni hablar de él, ni recordar su olor y sus caricias... Lo más duro es saber, con seguridad y sin dudas, que es él el que no se acuerda de ti, ni habla de ti, ni recuerda tu olor, y mucho menos tus caricias...

La descompensación, el desnivel, el desequilibrio en general, es la gran putada del ser humano. El yin y el yan.

A estas alturas, lo único que espero compensar, es la graduación de alcohol de esta noche con las pastillas de mañana.