eyeliner

eyeliner
solamente una mirada es suficiente para hablar

lunes, 12 de diciembre de 2011

Right now.

- No, por favor... No me beses en la frente. Nunca lo hagas.
- ¿Por qué?
- Los besos en la frente se le dan sólo a las personas a las que amas con todo tu corazón. A las personas a las que darías tu vida por ellas... Un beso en la frente es el beso más sincero y más fuerte de todos.
- ¿Y por qué no quieres que te lo de?
- Porque significará que lo somos todo y no somos nada. Porque significa que me quieres, pero no de cualquier forma, sino con todo tu ser. Y no puedo soportar que me quieras y que te quiera y que no podamos estar juntos.
- Pero...
- No. No digas nada más. Limítate a abrazarme, sonreír y marcharte.

viernes, 9 de diciembre de 2011

The end.

La miró a los ojos y entonces lo sintió. Era como un pinchazo, como una fuerte presión en su corazón. Un nudo comenzaba a formarse en su garganta y no podría articular palabra alguna sin que con ella se le escaparan las lágrimas, así que guardo silencio.
Agarro su cabeza, y con sus dedos pudo notar la suavidad de sus largos cabellos rubios. Cerró los ojos y se la besó en la frente. Fue el beso que con más amor profirió en su vida. Quería transmitir su intensdad y fuerza por cada poro de su cuerpo, pero sabía que nunca lo conseguiría.
La abrazó bien fuerte, con la esperanza de no tener que soltarla nunca más. Pero tenía que hacerlo. En el piso de arriba, sentada y probablemente con una copa en la mano se encontraba su prometida, y debía de acudir a su encuentro. Lo suyo no era posible. Tenía que aprender a que no lo fuera. Tenía que aprender a olvidarla.
La separó suavemente de su cuerpo y la miró a los ojos, los cuales brillaban como no lo había hecho nunca, y sentía mucho que aquel brillo se debiera a la continencia de unas lágrimas.
No dijo nada. No podía. Tampoco quería, la verdad. Ya le resultaba bastanta duro todo esto. Dio media vuelta y comenzó a subir los escalones.
Y ese fue el último momento en el que pudo ser feliz.

martes, 6 de diciembre de 2011

dreams

Esta mañana amanecí entre lágrimas y no entendía por qué. Sentía un nudo en la garganta y no entendía por qué.
Traté de recordar lo que había soñado, pero mi subconsciente es más listo que yo, o al menos me quiere más que yo, y decidió bloquearlo en mi memoria.
Bajé a desayunar, preparé café y calenté leche. Y fue entre esa condensación de calor y olores mañaneros, cuando mi subconsciente se debilitó y me dejó recordar. Entonces me dí cuenta de que no debía desafiarle nunca más, y que si él decide borrar el sueño, borrado ha de quedar.

Qué impresionante el poder de los sueños. Cómo condicionan la vida sin ni siquiera ser reales. Sin ni siquiera conceder la posibilidad a la vida de hacer que sean ciertos.