Cuando leo un 'tú', ya no eres tú, es él.
Y él, es ahora ese 'tú', que me hace estremecer cuando pronuncio su nombre.
Y él, ahora es 'ese aquel', que jamás tendrá un lugar en mi vida, y sonrío y doy gracias por ello, porque ahora veo lo equivocada que estaba.
Gracias a ti, ahora hay luz.
Gracias a ti, se acabó el sufrir... ¿o no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario