Y echar un pulso a ver quién come más guindillas picantes para solucionar todos nuestros problemas mientras en el móvil suena no sé qué canción para despistar nuestro duelo.
Y entonces la puerta se abre y nos olvidamos de todo. La escalera de color que hace un momento sostenías con tu mano derecha queda perdida entre todas las demás cartas de la baraja.
Y a la mierda nuestro negocio de vender en saquitos esas golosinas que salen del suelo. Y a la mierda nuestro plan de coleccionar sujetadores de colores y de calzoncillos con viñetas.
Pero entonces observo con detenimiento cómo la vela termina de consumirse y desaparece el rastro de cera que quedaba. Y el olor a quemado con un toque de fresa da su último suspiro. Y a lo lejos encuentro tus ojos mirando hacia mi dirección con aire despistado.
Y vuelvo a esconder la cabeza debajo de la sábana.
1 comentario:
Pues digo que te quiero, my wonderwall :)
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