eyeliner

eyeliner
solamente una mirada es suficiente para hablar

miércoles, 8 de diciembre de 2010

sí me importa.

Un error. Una caída fugaz. Un momento de lucidez y esplendor, y al siguiente segundo, todo mierda.
Pasó todo muy deprisa ¿sabes? Aún lo recuerdo. Recuerdo la sensación. Recuerdo la noche entera que me pasé llorando en el hotel, bajo la banda sonora de la habitación de al lado, en donde yo debiera haber estado, emborrachándome mientras miraba la playa desde el balcón. Y sí, miraba la playa. Pero no con un vaso de vozka en mi mano. Sino sentada en uno de esos sillones incómodos que te ponen no sabes bien para qué, porque ni te sientas bien ni apoyas bien las cosas. Pero están ahí. Alguna función tendrán. Digo yo.

Y es que no sabes hasta que punto se me partió el alma aquella noche. Aparir de esa noche, creo que no recuerdo muy bien lo que sentía por ti antes. Tampoco recuerdo muy bien cómo me las ingenié para evitarte cuando a la vuelta del viaje. Ni cómo era tu número de teléfono. Sólo te recuerdo a ti, mirándome, y preguntándote porqué te evitaba la mirada. Recuerdo tus lágrimas a través del teléfono pidiéndome mil perdones. Te recuerdo a ti agarrándome por el brazo y pidiéndome un minuto de mi tiempo para hablar. Te recuerdo....

Y ahora sólo pienso en si debería llamar o no. Si debería borrarte o no. Si debería... Estoy harta de no saber nada de ti ¿sabes? Pero también estoy harta de que tenga que ser yo la que mueva ficha....¿tan pronto te olvidaste? ¿Tan rápido borraste todas aquellas tardes en la plaza de los skaters hablando de nadie sabe qué pero tampoco importa mucho...? ¿Tan rápido dejaste de recordar cómo era el llamar a mi casa y preguntar por mi? ¿Fue tan fácil dejar atrás todos los momentos compartidos...todos los abrazos...?

Creo que lo mejor es que pare de pensarte. Quizás algún día logre llamarte....quién sabe.

[...]

Déjame que pase un rato más aquí...sólo hasta que pase la tormenta.

2 comentarios:

Co. dijo...

Dejame que puede que no vuelva a sonreir..
malditos viajes al cielo
cuánto daño han hecho

Rebeca Serrada Pariente dijo...

De quién estamos hablando?
Lo único que me parece creíble de esta historia es lo de que tenías un vaso de vodka en la mano, tú, sin duda alguna, estarías participando en la banda sonora de la habitación de al lado.