eyeliner

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solamente una mirada es suficiente para hablar

jueves, 10 de noviembre de 2011

boil away.

Sobre la mesita, la llama de una vela con aroma a fresa que se iría apagando poco a poco a menos que alguien la asesinara de un soplido, era lo único que iluminaba la habitación.A su lado unas revistas mal colocadas y con marcas de dobleces en sus hojas. Un poco más allá un cenicero con un solitario cigarrillo que se consumía en la soledad de la noche, mientras el humo ascendía vaporoso y se desvanecía en el ambiente.
Una manta de algodón color beis yacía desordenada sobre el sofá en tono chocolate. A los pies de éste un pequeño peluche de una ardilla a la que solían llamar Lola.
Se oía a lo lejos el tic tac del reloj de pared de la cocina, el ruido de los coches de la calle, y alguna que otra persona que elevaba el tono de voz para llamar la atención de alguien.

En el balcón, ella miraba la calle repleta de gente que iba y venía. De coches y motocicletas que aceleraban para llegar a quién sabe qué lugar. En la acera de en frente había un grupito de niños que salían de la primera sesión de tarde del cine y, emocionados por la película, no paraban de hacer gestos e imitar a los protagonistas del filme.
Dio media vuelta y entró en casa cerrando tras de sí la cristalera del balcón.

Se tumbó en el sofá, se tapó con la suave manta y se quedó mirando a el fuego de la vela. En sus ojos se podía ver reflejada esa llama de movimientos desiguales y que iba consumiendo la cera rosada culpable del olor que aclimataba la estancia. Ardía incesantemente en busca de más cuerda a la que poder seguir calcinando...

Y eso fue todo.

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